Sombreros de la Ocurrencia

Polvo del camino. 205. Boricua en la luna. Héctor Cortés Mandujano

Polvo del camino/205


                     Apuntes de oído/15
                     Boricua en la luna
                   
Héctor Cortés Mandujano

                             Y fue mi abuelo el amor único en mi regocijo

                                                  Juan Antonio Corretjer

Dedicado a mi querido amigo Roger Octavio, quien todavía sueña con Tuxtla

Roy Brown nació en Orlando, Florida, EUA, en 1945; sin embargo, ha sido parte de la que fue llamada Nueva Trova Puertorriqueña y su voz disidente ha proclamado la independencia de ese país, de esa isla.
Ha grabado muchos discos y son varias canciones suyas las que son parte de mi memoria. Muchos de sus temas son musicalizaciones de poemas. Uno de ellos me sorprendió desde la primera vez que lo oí. Se llama “Boricua en la luna” y la letra es del periodista, escritor y poeta puertorriqueño Juan Antonio Corretjer (1908-1985), quien también luchó para que Puerto Rico dejara de ser una colonia de EUA y a quien Brown ha musicalizado muchas veces.
Corretjer fue un luchador activo: fue exiliado y encarcelado, y apoyó las luchas libertarias no sólo en su país, sino en el continente. Estuvo desterrado en Nueva York y le fue prohibido regresar a Puerto Rico (incluso en México fue arrestado y deportado). No obedeció, claro. Murió en su Puerto Rico del alma.
El poema “Boricua en la luna” comienza contando la historia de un nacimiento: “Una mujer de Aguadilla vino a Nueva York a cantar” y allí se encontró con “un peón de Las Marías”. De esa unión nació un niño. La madre murió (“De ese llanto yo nací”) y el padre, años después, “reventó en un taller” (“De una lágrima soy hijo y soy hijo del sudor”).
Lo cuidó el abuelo, quien le enseñó a amar la tierra de sus padres.
Hay miles de historias sobre el amor al pueblo, al país, a la tierra; a lo irrenunciable que suele ser nuestra identidad, a lo infinito que puede ser nuestro amor al lugar donde nacimos o al que decidimos pertenecer porque allí vive nuestra familia o allí nacieron nuestros padres. Este poema, esta canción resume este sinfín de historias sobre la pertenencia, sobre el amor a la patria. Termina con una explosión de amor total.
Cedo la palabra a Correjter:

       Y yo soy puertorriqueño sin na',
       pero sin quebranto.
       Y el lechón que me desmienta
       que se ande muy derecho,
       no sea que en lo más estrecho de un zaguán
       pague la afrenta,
       pues según alguien me cuenta
       dicen que la luna es una,
       sea del mar o sea montuna,
       y así le grito al villano:
       ¡Yo sería borincano, aunque naciera en la luna!
Ilustración: Alejandro Nudding.
Ilustración: Alejandro Nudding.




*Sobre el autor: 

Héctor Cortés Mandujano

Narrador, dramaturgo y periodista cultural

Finca El Ciprés, Villaflores, Chiapas, 1961.

Sus publicaciones, una amplia colección, abarcan varios géneros: Cuento, dramaturgia, novela, relato, ensayo y varias coautorías. Ha sido antologado en libros y revistas especializadas.

Aunque desde hace varios años se ha abstenido de participar en concursos y convocatorias, tiene varios premios y reconocimientos por su actividad literaria, mencionamos algunos: Premio Puerta 2010 al Mejor Dramaturgo, otorgado por la Asociación de Periodistas Culturales de Chiapas “Trozos de sol”; Premio Nacional de Novela Breve Rosario Castellanos, con Aún corre sangre por las avenidas (2005); Premio Estatal de Novela Breve Emilio Rabasa, con Vanterros (2004).

Lo puedes seguir en su columna Casa de citas.

Author

racademia

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