Polvo del camino/ 203
Cuatro mujeres: tres
Héctor Cortés Mandujano
Dicen que un carnicero zen hace un corte preciso
y todo el buey
cae en pedazos
como un rompecabezas
Anne Carson
La belleza del marido. Un ensayo ficticio en 29 tangos (Bisturí 10, 2020), de Anne Carson, con traducción de Soledad Marambio, en un pequeño libro sobre la pérdida, que apostilla cada poema con un verso de John Keats.
Carson es canadiense y, dice la solapa, “se gana la vida enseñando griego antiguo”. Lo digo porque en el segundo tango dice que en un bolsillo de la ropa de su marido (p. 10) “encontré una carta que él había empezado/ (para su amante del momento)/ que contenía una frase que yo había copiado de Homero”; sigue diciendo: “Fiel a nada/ mi marido. Entonces ¿por qué lo amé desde la niñez hasta mi edad madura/ y la resolución de divorcio llegó por correo?/ La belleza. No es un gran secreto. No me avergüenza decir que lo amé por su belleza”. Dice más adelante (p. 11): “La belleza hace al sexo sexo”.
Aparte de infiel, ladrón de textos (p. 12): “escribí una charla breve (‘Sobre la desfloración’) que él robó y publicó/ en una revista trimestral”.
Su marido bello tuvo muchas amantes (p. 23): “Poco después de un año desde nuestro matrimonio/ mi marido/ comenzó a recibir llamadas (de una mujer) tarde en la noche./ Si yo contestaba (ella)/ colgaba. Mis oídos se volvieron roncos".
Dice Anne Carson (p. 30): “Mi marido mentía acerca de todo./ […]/ Mentía cuando no era necesario mentir”.
Se hace muchas preguntas (p. 41): “Por qué la naturaleza me entregó a esta criatura –no la llames mi elección”. Pero sabe que está bajo su embrujo (p. 45): “Si pudiera matarte tendría que hacer después a otro exactamente igual a ti”.
Él no cambió nunca (p. 56): “Engañar cada noche es signo de desesperación”.
Tiene con él una conversación larga. Un poquito de lo que se dicen (pp. 67-68): “Cobarde./Lo sé./ Traidor./ Sí./ […]/ Devastador mentiroso sádico falso./ Por favor./ […] Las mujeres./ Sí./ La mentira./ Sí./ […]/ Tus sueños son un desastre./ Son mi obra maestra”.
Pero era bello (p. 72): “Aristóteles quien/ no tuvo marido,/ casi nunca menciona la belleza”.
Se dejan, él se va, varias desventuras después conversan (p. 96): “Todavía te acuestas con todo el mundo./ Lo hago”.
Ya nada son y él la llama a veces (p. 109): “Pruebas intercaladas con halagos./ Eres la única persona a la que le temo./ Mezcladas con encanto sexual./ Si se te antojara venir y calmarme yo estaría feliz”.
Conclusión (p. 114): “Bueno, la vida tiene riesgos. El amor es uno”.

*Sobre el autor:
Héctor Cortés Mandujano
Narrador, dramaturgo y periodista cultural
Finca El Ciprés, Villaflores, Chiapas, 1961.
Sus publicaciones, una amplia colección, abarcan varios géneros: Cuento, dramaturgia, novela, relato, ensayo y varias coautorías. Ha sido antologado en libros y revistas especializadas.
Aunque desde hace varios años se ha abstenido de participar en concursos y convocatorias, tiene varios premios y reconocimientos por su actividad literaria, mencionamos algunos: Premio Puerta 2010 al Mejor Dramaturgo, otorgado por la Asociación de Periodistas Culturales de Chiapas “Trozos de sol”; Premio Nacional de Novela Breve Rosario Castellanos, con Aún corre sangre por las avenidas (2005); Premio Estatal de Novela Breve Emilio Rabasa, con Vanterros (2004).
Lo puedes seguir en su columna Casa de citas.
Correo electrónico: hectorcortesm@gmail.com