Sombreros de la Ocurrencia

Polvo del camino. 211. Surimbia, el pueblo de las esquinas redondas. Héctor Cortés Mandujano

Casa de citas/ 211


           Surimbia, el pueblo de las esquinas redondas
           
            Héctor Cortés Mandujano

                                              Tocó la suavidad de su traje,
                                           pintado con cúrcuma y tinta añil

                                                           Sarelly Martínez,
                                                                en Surimbia

Surimbia (Tifón, 2023), de Sarelly Martínez (doctor en periodismo, fundador y catedrático de la carrera de Ciencias de la Comunicación, lector incurable), tiene el tamaño de un devocionario que se puede llevar en la bolsa de la camisa, y arranca con la fundación mítica del pueblo donde él nació: Suchiapa.
         El libro, en sus pequeñas páginas, encierra historia y cuentos, música, bailes, vestimentas, costumbres, y, entre otras riquezas, comidas en cantinas y casas, descritas con envidiable gracia y la mano maestra de este hombre al que debemos varios libros imprescindibles sobre la historia del periodismo, una biografía espléndida de Santiago Serrano –otro suchiapaneco célebre– e innumerables artículos de análisis político. Sarelly, sin embargo, tiene una pluma genial para el relato, que desgraciadamente no ocupa con frecuencia.
         El gentilicio familiar de los de Suchiapa no es suchiapaneco, sino surimbo y, dice Sarelly (p. 6): “Surimbo, por esas aventuras del idioma con sus encuentros y desencuentros, proviene de la voz chiapa que quiere decir amante del pozol”, que se tomaba acompañado del chile nambimba, ya extinguido (pp. 9-10): “Una plaga, en tiempos ingratos, había acabado con los sembradíos de chile nambimba, de calabaza, maíz y frijol”.
         Desapareció también Surimbia, el nombre original del pueblo. Por eso el libro rezuma nostalgia.
         Repartieron las tierras por cuadras, pero una pareja llegó tarde y, entonces, cada cual cedió su esquina y un viejo, “dueño de muchos misterios y secretos”, recortó las esquinas, unió los pedazos y formó una cuadra nueva (p. 18): “Hoy todavía puede verse que las esquinas más antiguas de Suchiapa están recortadas –como la esquina que me heredaron mis padres– y que de ellas emana la luminosa generosidad de sus antepasados”.
         Un diablo se casó por la iglesia con una muchacha de Surimbia. Escupió la hostia, apenas salir de la ceremonia, y unas abejas se la llevaron al bosque; eso dio pie a una fiesta donde animales y humanos se mezclaron, se emborracharon, se pelearon y (pp. 22-23) “en ese combate ahuyentaron a venados de cola blanca y tigres, los cuales sólo regresan en la festividad del calalá, en Corpus Christi”.
         Después de esta historia sigue un cuento de Sarelly, el más extenso, que yo incluiría en una antología que recogiera la certeza del lenguaje, la viveza de la tradición, la descripción de costumbres (que no estorban al relato), el logradísimo buen humor y el ingenio para contar tan redondamente, como las esquinas del pueblo, una historia con tantos meandros: Isaías Nangüelú Indilí, un joven de Suchiapa, bueno para las matemáticas, vive en EUA y se vuelve una celebridad mundial al resolver un enigma matemático; es invitado a regresar a su pueblo, donde se viste de tigre para las fiestas de Corpus Christi.
         Lo dice Cesare Pavese en un poema y Sabina en una canción: No debes volver al lugar donde has sido feliz. Isaías se viste de tigre y, como en un sortilegio de la tierra que no quiere dejar ir al hijo amado, todo se vuelve otra cosa.
         Este librito lo regaló Sarelly a sus amigos, entre los cuales tengo la fortuna de estar, en diciembre de 2023. Ojalá que algún día lo publique para todos. ¡Felicidades y gracias, querido amigo!

Ilustración: Juventino Sánchez
Ilustración: Juventino Sánchez




*Sobre el autor:

Héctor Cortés Mandujano

Narrador, dramaturgo y periodista cultural

Finca El Ciprés, Villaflores, Chiapas, 1961.

Sus publicaciones, una amplia colección, abarcan varios géneros: Cuento, dramaturgia, novela, relato, ensayo y varias coautorías. Ha sido antologado en libros y revistas especializadas.

Aunque desde hace varios años se ha abstenido de participar en concursos y convocatorias, tiene varios premios y reconocimientos por su actividad literaria, mencionamos algunos: Premio Puerta 2010 al Mejor Dramaturgo, otorgado por la Asociación de Periodistas Culturales de Chiapas “Trozos de sol”; Premio Nacional de Novela Breve Rosario Castellanos, con Aún corre sangre por las avenidas (2005); Premio Estatal de Novela Breve Emilio Rabasa, con Vanterros (2004).

Author

racademia

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